martes, 29 de noviembre de 2016

Innovación y aprendizaje organizacional

Los factores que intervienen dentro de una empresa cuando ésta busca realizar mejoras que incrementen su productividad (cantidad de productos obtenidos con relación a los recursos utilizados para su obtención) y por ende, su rentabilidad (relación entre los beneficios obtenidos y la inversión realizada para lograrlos) permiten formarnos una idea sobre el papel que juega la innovación dentro de las empresas.

¿Qué tan difícil puede ser incrementar la productividad mediante el uso de la innovación? Entendiendo ésta como “la implementación de un producto (bien o servicio) o proceso nuevo o con un alto grado de mejora, o un método de comercialización u organización nuevo aplicado a las prácticas de negocio, al lugar de trabajo o a las relaciones externas” como lo define el Manual de Oslo publicado en 2005 por la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE).

Sobre la innovación encontramos que “un modelo de negocio fundamentado en la innovación se basa en encontrar y fomentar nuevas formas de crear, entregar y captar valor” (Generación de modelos de negocio de Alexander Osterwalder y Yves Pigneur. “Las ideas innovadoras son rentables únicamente en la medida en que tengan relación directa con aquello por lo cual los compradores están dispuestos a pagar” (La estrategia del océano azul de W. Chan Kim y Renée Mauborgne).

El conocimiento se adquiere mediante un proceso que parte de los datos disponibles, luego se analizan para convertirlos en información y finalmente al apropiarse de la misma mediante su puesta en práctica es cuando se convierte en verdadero conocimiento. Pero ningún aprendizaje es estático, permanentemente se deben evaluar los resultados para que dicho aprendizaje se perfeccione, evolucione. Eso es mejora continua.

Para que en una empresa se logre el aprendizaje organizacional, es decir, la adquisición e integración de conocimiento, habilidades y actitudes en sus colaboradores, es necesario realizar un proceso de cambio o transformación dentro de la misma y como tal, exige la participación de todos los integrantes y en todos los niveles.

Al lograr la construcción de capital intelectual, la empresa adquiere una ventaja competitiva en el mercado ya que los empleados que la integran ninguna otra organización los tiene. Este proceso se puede realizar de manera sencilla y constante cuidando que además sea permanente y no solo durante una temporada.

Todos los procesos de cambio requieren de un lapso de tiempo para su realización. Mientras mayor sea el tiempo disponible para su implantación, mayores serán sus posibilidades de permanencia,  entendimiento y mejora. Por el contrario, un proceso de cambio acelerado no permite su apropiación por parte de los colaboradores y sus beneficios se diluyen con el paso de las semanas.

Cada empresa tiene su propio ritmo de crecimiento, aprendizaje y desarrollo y por lo regular la implantación de cualquier nuevo sistema de trabajo implica la utilización de meses o años para su completa asimilación y el reforzamiento de los conceptos mediante capacitación permanente para mantener siempre vigentes sus postulados básicos.


Las empresas que destinan recursos para innovar no necesariamente realizan nuevas inversiones hasta que se recuperan las anteriores. La inversión en innovación es permanente independientemente de sus resultados aunque es aconsejable que la inversión sea escalonada, por fases. Ahora es tu turno de invertir comentando este post.

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