Los factores que intervienen dentro de
una empresa cuando ésta busca realizar mejoras que incrementen su productividad
(cantidad de productos obtenidos con relación a los recursos utilizados para su
obtención) y por ende, su rentabilidad (relación entre los beneficios obtenidos
y la inversión realizada para lograrlos) permiten formarnos una idea sobre el
papel que juega la innovación dentro de las empresas.
¿Qué tan difícil puede ser incrementar
la productividad mediante el uso de la innovación? Entendiendo ésta como “la
implementación de un producto (bien o servicio) o proceso nuevo o con un alto
grado de mejora, o un método de comercialización u organización nuevo aplicado
a las prácticas de negocio, al lugar de trabajo o a las relaciones externas”
como lo define el Manual de Oslo publicado en 2005 por la Organización para la
Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE).
Sobre la innovación encontramos que
“un modelo de negocio fundamentado en la innovación se basa en encontrar y
fomentar nuevas formas de crear, entregar y captar valor” (Generación de modelos de negocio de Alexander Osterwalder y Yves
Pigneur. “Las ideas innovadoras son rentables únicamente en la medida en que
tengan relación directa con aquello por lo cual los compradores están
dispuestos a pagar” (La estrategia del
océano azul de W. Chan Kim y Renée Mauborgne).
El conocimiento se adquiere mediante
un proceso que parte de los datos disponibles, luego se analizan para
convertirlos en información y finalmente al apropiarse de la misma mediante su
puesta en práctica es cuando se convierte en verdadero conocimiento. Pero
ningún aprendizaje es estático, permanentemente se deben evaluar los resultados
para que dicho aprendizaje se perfeccione, evolucione. Eso es mejora continua.
Para que en una empresa se logre el
aprendizaje organizacional, es decir, la adquisición e integración de conocimiento,
habilidades y actitudes en sus colaboradores, es necesario realizar un proceso
de cambio o transformación dentro de la misma y como tal, exige la
participación de todos los integrantes y en todos los niveles.
Al lograr la construcción de capital intelectual,
la empresa adquiere una ventaja competitiva en el mercado ya que los empleados
que la integran ninguna otra organización los tiene. Este proceso se puede
realizar de manera sencilla y constante cuidando que además sea permanente y no
solo durante una temporada.
Todos los procesos de cambio requieren
de un lapso de tiempo para su realización. Mientras mayor sea el tiempo
disponible para su implantación, mayores serán sus posibilidades de
permanencia, entendimiento y mejora. Por
el contrario, un proceso de cambio acelerado no permite su apropiación por
parte de los colaboradores y sus beneficios se diluyen con el paso de las
semanas.
Cada empresa tiene su propio ritmo de
crecimiento, aprendizaje y desarrollo y por lo regular la implantación de
cualquier nuevo sistema de trabajo implica la utilización de meses o años para
su completa asimilación y el reforzamiento de los conceptos mediante
capacitación permanente para mantener siempre vigentes sus postulados básicos.
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