Todos los días somos literalmente bombardeados por noticias, comentarios, estadísticas y hasta memes relacionados con el tema de las tecnologías de la información y la comunicación (las TIC), término bien conocido por todos aunque cada vez abarca más entornos y conceptos convirtiéndose en un enorme campo de actividades. Una de ellas es el talento digital que también se menciona ampliamente pero quizás no se interpreta de la forma correcta.
En principio, todo lo que ocurre alrededor de las TIC se puede considerar digital por sus señales o la composición de su información basada en dígitos (dispositivos, archivos, transmisiones), solo que al hablar de capacidades o talento digitales es necesario revisarlas con mayor detenimiento. Las competencias digitales (e-skills) son un conjunto de conocimientos, capacidades, destrezas y habilidades, en conjunción con valores y actitudes, para la utilización estratégica de la información.
Si nos apegamos literalmente a su significado, nos daremos cuenta de que el talento digital no se limita simplemente a saber diseñar un programa informático, poder crear un juego para smartphones, construir un sitio Web o elaborar un análisis profundo de los datos disponibles en una base de datos (big data). El talento digital es mucho más simple de lo que parece y nosotros mismos hacemos que aparente ser mucho más complejo.
Cuando se habla del futuro del trabajo y de las empresas mismas, de manera natural nos dejamos llevar por aquellos escenarios que vemos cotidianamente en el cine o en las series de televisión (aunque una buena parte de los espectadores son internautas). En ellos
《...vemos a los robots y las máquinas dominando el planeta y esclavizando a las personas. Historias que regularmente terminan en épicas batallas que destruyen el mundo aunque siempre salen victoriosos los seres humanos》.
Y les ganamos a los robots porque "ellos" carecen de emociones y creatividad. La buena noticia es que esto es cierto hoy y lo seguirá siendo en el futuro. El robot androide perfecto tal vez logre fabricarse dentro de 50 años por su complejidad y su costo. Mientras tanto, se utiliza básicamente para la realización de tareas repetitivas, aburridas y muy precisas en donde los humanos de este siglo y del pasado nunca han sido muy buenos (ni lo serán).
Dejemos por un momento a los robots y concentremos nuestra atención nuevamente en lo digital. ¿Acaso únicamente los programadores de computadoras, los diseñadores Web y los hackers serán quienes conservarán su empleo en el futuro? ¿Y serán también exclusivamente ellos quienes gozarán de fabulosos salarios? La respuesta es un contundente no. Solo es cuestión de observar detenidamente nuestro entorno para percatarnos de que en la vida realidad no todo es digital.
《Los programadores salen a disfrutar de algo que los robots aún no pueden hacer: comida. Claro, ya preparan pizzas muy rápido pero no las hacen más sabrosas》.
Los diseñadores Web se compran buena ropa que se fabrica combinando personas y máquinas de coser. Y los hackers siguen teniendo empleo precisamente porque los robots no cuentan con la creatividad, ingenio y destreza necesarios. Su capacidad (la de los robots) se limita a realizar actividades aritméticas de cálculo y predicciones financieras. La preocupación ahora está más relacionada con el tema de que los androides deberían pagar impuestos en la misma proporción que ahorren dinero a sus dueños, como lo propone uno de los creadores de la Era Digital, Bill Gates. Finalmente ¿qué habilidades digitales mínimas pueden ayudar a proteger nuestro empleo?
Precisamente las que desdeñamos desde que nacieron hace cuatro décadas, necesarias el día de hoy (y seguramente mañana) y tan sencillas como saber utilizar una hoja de cálculo (es como programar), tener la creatividad suficiente para diseñar una presentación muy atractiva (incluye pararse al frente de un público y exponer como un profesional) y tener la capacidad de elaborar un documento en un procesador de textos sin faltas de ortografía (el autocorrector es insuficiente), con impecable redacción y un estilo claro y riguroso que transmita las ideas adecuadamente.
En su libro La Cuarta Revolución Industrial (también se le define como Industria 4.0), Klaus Schwab, creador del Foro Económico Mundial, afirma que ésta
《...puede poner en peligro las fuentes que tradicionalmente han dado sentido a la humanidad (trabajo, comunidad, familia e identidad), o conducirla a una nueva conciencia colectiva y moral que se base en la noción de un destino en común. Está en nosotros decidir》.
Las habilidades ya descritas no las tiene un robot ni las puede aprender. Una persona no solo puede aprenderlas sino que además las transmite y las mejora, pero implica de su parte algo que tampoco tienen los robots: deseo, compromiso y dedicación. No se adquieren solo en la escuela, también se alcanzan de manera autodidacta. ¿Tienes la suficiente determinación para aprenderlas por tu cuenta o esperarás tranquilamente a que una maquina lo haga por ti?