Desde su nacimiento en 1999, el GEM estudia el emprendimiento desde una perspectiva integral y publica un reporte anual muy detallado con sus conclusiones. En futuras publicaciones podremos analizar algunas perspectivas específicas que contiene este reporte sobre el emprendimiento mexicano, regional (entendiendo región como Latinoamérica) y mundial.
¿Cómo se define a un emprendedor? A lo
largo de los últimos 80 años, podríamos encontrar numerosos autores y amplios trabajos
que exponen su propia concepción de un emprendedor por lo que considero
innecesario retomar esa tarea o extenderla con una discusión sobre cuál definición
es la más adecuada, así que me quedo con lo que establece la Organización para
la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE): “los emprendedores son aquellas personas (dueños de
negocios) que buscan generar valor a través de la creación o expansión de la
actividad económica, identificando y explotando nuevos productos, procesos o
mercados”.
El Reporte Nacional 2015 México
elaborado por el GEM explica que “en México, el 45% de la población adulta
asegura percibir oportunidades para iniciar un negocio, el 46% considera que tiene
las capacidades para hacerlo. Sin embargo, únicamente el 19% tiene intenciones
de iniciar un negocio en los próximos tres años. La diferencia puede estar
influenciada de manera importante por el hecho de que el 36% de los mexicanos
dicen tener miedo al fracaso”.
Un emprendedor busca identificar potenciales
oportunidades y al hacerlo, asume un riesgo. El miedo al fracaso está
relacionado con el miedo al cambio, a enfrentarse con lo
desconocido. Y este temor por lo visto ha ido en aumento entre los mexicanos si comparamos los datos del
reporte de 2010 en donde el miedo a emprender era del 33% de los adultos. Un 65% se consideraban con las capacidades para emprender y un 29% eran los motivados para
participar en la actividad empresarial.
Curiosamente desde ese mismo año 2010
la Tasa Total de Emprendimiento subió del 10 al 27% en 2015, es decir, como
apunta el GEM nuestra actividad
emprendedora es creciente en este país, pero mucho emprendimiento mezclado
con inseguridad personal y miedo al fracaso nos da un resultado poco deseable:
en 2010 el 3.1% de la población adulta dejó de operar un negocio propio en el último
año, en 2015 fue el 4.9%.
De nueva cuenta se confirma que la iniciativa (emprendimiento) debe ir acompañada de la
determinación (seguimiento y continuidad). Y de paso, mi percepción
personal es que en México somos excelentes seguidores de todo lo que se pueda
seguir aunque no sepamos a ciencia cierta por qué lo seguimos. México ocupa el tercer lugar a nivel mundial de consumo de video en
YouTube,
el quinto
lugar en usuarios de Facebook y el cuarto lugar en el uso de WhatsApp.
Desde antes de 2010 en nuestro país se
ha intensificado la promoción del emprendimiento no como una verdadera vocación
sino como una necesidad ante situaciones de desempleo o empleos en condiciones
desfavorables. Primero Pepe y Toño y luego Ana y Mary desde 2011 invitan también
al emprendimiento de forma muy motivadora, con “casos de éxito” y mucha
publicidad masiva pero sin especificar clara y detalladamente el “cómo”, el “por
qué” y el “para qué” emprender. Debemos asumir que comenzar una empresa implica
conservarla y mejor aún, hacer que crezca. Eso lo veremos en una futura
publicación, mientras tanto, deja en ésta tu comentario.
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